¿Qué darías por conseguir en pocos minutos una
Desde hace un tiempo ya,
El nuevo colega tiene un metro de altura, es un poco frío al tacto y no habla demasiado. Pero, a pesar de todo ello, con sólo unos minutos en nuestro primer encuentro ya sabía que no quería dejarlo ir. Nuestros caminos se cruzaron cuando volvía de almorzar lasaña y sentía mucha sed. Se deslizó muy cerca de mí, apenas haciendo un suave sonido. Mientras me detenía con asombro, él continuó hacia la zona de recepción, donde finalmente se detuvo frente a una mujer que esperaba sentada en el sofá.
Allí, pacientemente, dejó que ella lo tocara en su centro y como respuesta ofreció una lata helada de
“¿Qué te puedo ofrecer?”

Me encontré con él nuevamente en una sala de conferencias. Leí la palabra "GoCart" impresa en su pecho. Estaba rodeado por un equipo de seis personas eufóricas por la tarea que acababa de realizar. Y ahí, en medio de todo, algunos de mis colegas develaron el enigma.
La pregunta central es: ¿de qué modo puede mejorar su servicio
Las máquinas expendedoras son fantásticas y es difícil imaginar la vida sin ellas. Sin embargo, tienen una única gran desventaja: se encuentran en un lugar fijo y no están necesariamente cerca cuando ataca la sed. Un encuentro fortuito en 2014 en una feria de electrónica marcó el comienzo de esta aventura. Los miembros del equipo de Investigación y Desarrollo de Yujin Robot, una empresa de robótica de Corea del Sur, presentaban su nuevo invento: un robot diseñado para realizar tareas de servicio en hospitales o asilos, desde la entrega de sábanas limpias hasta comida y medicamentos. De inmediato, el concepto resultó interesante para mis colegas y pronto se discutió acerca de si GoCart sería capaz de transportar bebidas frías en lugares públicos como estaciones de tren o shoppings. Unos meses más tarde, se puso en marcha una prueba en las oficinas de

¿Cómo sabe el robot dónde estoy?
Ahora era mi turno. Quería que el robot me trajera una
GoCart pasó por delante, se detuvo por un corto tiempo delante de mí y bostezó fuertemente cuando no reaccioné de inmediato. Me apresuré a ingresar el código y segundos más tarde ya tenía la lata de
¿Es el robot un "él" o "ella"?, pregunté. El ingeniero sonrió antes de responder: "Tuvimos una vez un pequeño prototipo que era mujer. Este modelo aquí es más grande y fuerte, así que supongo que es un ‘él’ ".
Queda por ver ahora si
Leane Zaborowski es editora de
Redes Sociales