Cuando en marzo se detectaron los primeros casos positivos de Covid-19 en Uruguay, el gobierno rápidamente anunció que el Hospital Español se convertiría en el Centro de Referencia de Salud Pública para atender a pacientes confirmados y casos sospechosos de coronavirus. El emblemático edificio inaugurado en 1909 se enfrentó a un inédito desafío y debió reestructurar sus espacios para adaptarlos a las nuevas necesidades derivadas de la emergencia nacional.
“Hubo que determinar diferentes lugares para que los funcionarios pudieran limitar su circulación por el hospital y que los distintos sectores estuvieran más restringidos pero que, a su vez, tuvieran todo lo necesario para trabajar en cada una de las áreas. La circulación de los funcionarios y de los usuarios fue totalmente modificada”, explicó a Journey Alberto Barrios, Director del hospital.
También fue necesario cambiar la forma en que se usan y descartan las prendas del personal de salud y se designó a trabajadores responsables de supervisar este proceso. En el área de circulación del hospital, los funcionarios utilizan un pantalón, una casaca de tela -que es higienizada todos los días-, tapabocas y gorro; cuando ingresan a las habitaciones con casos positivos, es necesario agregar una sobre túnica impermeable o un mameluco, lentes o protectores faciales, un tapabocas N95 y doble par de guantes.
En este contexto tan desafiante Alberto destacó la fundamental contribución del sector privado: “Muchas empresas han colaborado para que nosotros podamos cumplir con nuestra tarea de una forma más eficiente y dándole calidad a la asistencia de los pacientes”. Y explicó que muchas veces estos aportes tienen dimensiones que van más allá de la donación en sí misma.
En este sentido, explicó que la colaboración realizada por
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