En alianza con la Fundación
El acceso de fuentes de agua segura es vital para la vida y más aún en un contexto de pandemia en el que el correcto lavado de manos es una de las claves para evitar enfermedades infecciosas. Durante los últimos meses, en distintos rincones del país germinó una semilla que seguramente brotará grande y fuerte para proteger nuestro recurso más valioso: el agua. Los clubes de Protectores del Agua que se vienen gestando en 37 escuelas rurales desde noviembre de 2018 cuentan con una institución madrina, que además de brindarles la tecnología para acceder a agua segura los invitó a diseñar su propio escudo y una canción para el lavado de manos. Es que la empresa social argentina Proyecto Agua Segura, que ya lleva cinco años garantizando el acceso a agua potable en cientos de instituciones de la región, encontró en los niños a sus mayores aliados.
“De manera lúdica, los niños absorben mucho mejor los conocimientos y luego los replican: de repente, tenés familias enteras lavándose las manos mientras cantan. Es fascinante: los niños son los grandes transformadores de la realidad”, asegura a Journey Lía Renzini, Directora de Programas del Proyecto Agua Segura, quien destacó las alianzas que hacen posible que este proyecto se implemente en Uruguay: el apoyo de la Fundación
El programa desarrollado por Proyecto Agua Segura en las escuelas uruguayas contempla la instalación de filtros purificadores y la realización de jornadas de intercambio educativo, donde el equipo trabaja con los niños en distintos temas vinculados a los recursos hídricos: su origen, su ciclo, la importancia para nuestra salud y la contaminación, entre otros.
En los últimos meses, la pandemia del Covid-19 supuso el desafío de adaptar estas propuestas a modalidad virtual. Ante la nueva realidad, desde Agua Segura consideraron que era fundamental poder acompañar a las comunidades y profundizar en las herramientas de prevención vinculadas a los hábitos de higiene, donde el agua tiene un papel importantísimo.
Con entusiasmo y creatividad, el equipo diseñó tres instancias de intercambios online: una primera para explicar el funcionamiento y uso del filtro, otra para trabajar con los niños la temática del agua e invitarlos a formar el club de Protectores del Agua; y una última, donde los alumnos presentan lo que trabajaron y se realiza una devolución.
Ya en la recta final del programa definido para Uruguay en el período 2019-2020, que además de alcanzar a un total de 37 escuelas rurales llegó también a una policlínica, los resultados percibidos son muy alentadores. En este sentido, Aler Donadío, presidente de la Fundación Indra, destaca cómo el trabajo en las instituciones educativas logra impactar en la comunidad entera: “El acceso a agua potable para los niños y niñas de una comunidad rural es un tema muy sensible para la gente. Emociona mucho cuando se va a las escuelas rurales, se conversa con la comunidad y se nota la mejora de la calidad de vida”.
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